viernes, 11 de septiembre de 2015

Capítulo 2






 Capítulo 2


Me desperté por un fuerte golpeteo constante, aparte de las gotas de aguacero que chapoteaban los techos. La rabiosa tormenta juzgaba haber comenzado poco después de que nos durmiéramos. Lo fastidioso, por otra parte, era el otro ruido. Parecía que alguien llamaba a la puerta incesantemente y desesperado. Gruñendo por lo bajo para no despertar a Elsa, abrí los ojos como pude y me deslicé con sumo cuidado fuera de la cama. Elsa apenas se había movido de su posición original, sin notar la falta a su lado.

Busqué por el suelo a tientas mi abrigo, me lo coloqué, y por pura costumbre tomé mi bastón. Era algo que tenía tan implementado, como una extensión de mí mismo. Floté por los pasillos y escaleras abajo. Estaba desolado y yo, molesto. 

–¿Para qué tener un palacio con cientos de sirvientes si ninguno va a abrir la maldita puerta en medio de la noche? Todo lo tengo que hacer yo. Oh, no se preocupen. Que el tonto de Jack abra la tonta puerta en medio de la noche. Ustedes quédense en sus cómodas camas mientras yo hago su trabajo. – renegué sin un receptor en particular más que las pinturas en las paredes y el llanto de las ventanas.

Para cuando llegué a destino, tragué una gran bocanada de aire y soltando otro rezongo,  abrí la puerta. Me sorprendí al no encontrar nada a la altura de mi campo visual. Diablos, pensé mientras la tormenta y una corriente de viento me respondía en la cara.

–Gracioso. ¿Quién ha sido el estúpido que se pone a golpear de esa manera en plena…? – antes de cerrar el portón frenético, vi que algo se movía del otro lado y a la altura de mis pies. – ¿Qué caraj…?

Ese algo resultó ser una roca mohosa. No una cualquiera; esta poseía rostro, cabello, voz y un muy extraño cuerpo del tamaño de un arbusto. Vida. El moho no era nada más y nada menos que su vestidura, además de un colgante con piedras de colores. Olía tremendamente a pino.

–¿Un troll? – reconocí, sonando estupefacto mientras acomodaba la imagen en un rompecabezas que desviaba a la conclusión que tenía enfrente. Pero… ¿Qué rayos hacía un troll de las montañas una madrugada tormentosa tocando la puerta del palacio de Arendelle? El mundo estaba de cabeza, ¿o qué?

–¡Oh, por fin! – jadeó el troll empapado. Se lo veía enervado, jadeante, y le costaba hablar al recobrar el aliento, apoyado contra la madera pulida.  – He estado aquí por casi una hora. ¡He venido desde muy lejos, muchacho! ¡La profe… La profe… Ofe…!

–¿La qué? – hablaba tan rápido que se me hacía difícil seguirle el hilo.

–¡La Profecía! – exclamó. – ¡Es hoy, el día ha llegado y nadie ha podido anticiparlo hasta ahora! ¡Es hoy!

–¿Qué? ¿De qué hablas?

El troll continuaba como si no me hubiese oído, abstraído en sus propias preocupaciones que vociferaba hacia a mí.

–No puedo creer cómo no lo supe antes. Los árboles lo gritaban, los ríos susurraban y las aves lo comentaban al viento. El mensaje ha estado por todas partes por tanto tiempo y no lo he podido escuchar. – se golpeó la frente con su mano rocosa. –  ¡No puedo creer que lo haya pasado por alto! ¡Y AHORA ES MUY TARDE!

–¿PERO DE QUÉ ESTÁ HABLANDO, señor… cosa? – no podía creer que estaba tratando con un troll lunático. Las circunstancias no podrían ser más extrañas.

–¡LA PROFECÍA, HOY SE CUMPLE! – repitió.

Casi me río en su cara.

–¿Estás jugando conmigo verdad?

–¡No, hablo enserio!–

–Mira, no quiero nada de lo que vendas. – le interrumpí. –  Gracias por venir. Ah y… Oye, debiste haber traído un paraguas. – miré al cielo, mientras disimuladamente cerraba la puerta. – Están lloviendo perros y gatos.

–¡No, escúchame! – la criatura se posicionó entre la madera y yo, interceptándola con su cuerpo entero. Su mirada, ahora que lo notaba, era aterrorizada y suplicante. De hecho, lo había advertido antes, pero era en ese instante que mis neuronas reaccionaban. Él seguía, mientras gota y gota. – ¡LA PROFECÍA ES CIERTA, DEBES ESCUCHARME O SERÁ DEMASIADO TARDE PARA TODOS!

¿Huh? Su constante desesperación, su urgencia, despertó una curiosidad más bien temerosa en el patio hundido en sombras de mi mente.

–¿Qué… Qué profecía? – fruncí el ceño. Un brillo entonces se libró de aquellos enormes ojos.

–¡“La noche del solsticio de invierno, nada volverá a ser lo que era. La pureza se teñirá de negro. Todo se derrumbará cuando la maldad se apodere de la realeza con magia en las venas.”!


De cabeza. La anterior respuesta era de cabeza. El mundo estaba loco. Más bien el troll. No entendí un comino de qué hablaba. Logré simplemente atrapar unas palabras al azar pero comprender su significado era inverosímil. ¿Qué tenía que ver todo eso con la situación y su presencia a esas horas? Estaba demasiado risueño para atar cabos. ¿Quién no lo estaría? Reí sin humor para mí solo. –… ¿Y, entonces?–

–¿QUÉ OTRA REALEZA CON MAGIA EN LAS VENAS CONOCES? – se exasperó al ver mi desunión. Hasta que caí.

Oh, mierda.

–¡Qué! – oh, no. No, no, no. La risa interna se apagó. Elsa no. No podía ser. No podía estar pasando.  – ¿Te refieres a Elsa? ¿La que vive aquí? ¿Es–Estas seguro?

–¿Quién otro podría ser?

Creo que el troll era muy ubicado y correcto, porque si no me hubiese mandado a un lugar lejano en especial donde van los idiotas. Aun así, algo me llamaba la atención.

– Elsa no me ha dicho nada de una profecía. – a esas alturas, ambos estábamos enfrascados  en el mismo estado de pánico. Era sorpresivo como nadie en el alcázar entero se despertaba a causa de nuestros alaridos. – ¿Qué se supone que pasa ahora?

–¿No  has oído, muchacho? ¡La maldad se apoderará de ella! – el troll sacudía sus manos casi haciendo señas, como si las palabras no alcanzaran a revelar la importancia y peligrosidad que venían al caso.

–¿PERO CÓMO? ¡Es imposible!

–Me lo dice Jack Frost. – lo miré como si lo hubiese hecho por primera vez. – ¿Crees que no sé quién eres? ¿No eres tú imposible?

–Pero–

–¡Ahora no es momento! LA REINA ELSA ESTÁ EN PELIGRO.

Reina. Peligro. Mis sensores se volvieron a reanudar mientras sonaba la alarma roja en el fondo de mi comprensión.

–¿Y… Y QUÉ DEBEMOS HACER? – mi voz se había elevado una octava sin haberlo notado. Solo con pensar en lo que hacía segundos era una imaginaria estupidez, me enloquecía que pudiese ser seria. Solo podía pensar lo peor. Mis pies salpicaban en el piso sin saber para qué punto cardenal salir corriendo.

–¡Déjame entrar, chico! ¡Tenemos que llegar a ella antes de la medianoche! ¡NO HAY TIEMPO!

Me aparté a toda prisa lo suficiente para que el troll entrase rodando hasta las escaleras principales. Le seguí volando pero no noté que se había frenado al pie de las mismas. Dado que sus piernas eran más pequeñas que los escalones, se demoraba un largo rato en subir de a un escalón por vez, y desafortunadamente habían más de cien. Aplastando los dientes, di media vuelta e intenté levantar al troll del suelo para llevarlo sobrevolando hasta la recámara. Mala idea.

La criatura roca–parlante debía pesar toneladas porque ni bien lo alcé, casi besamos el suelo en combo. Con más fuerza, las venas de mi cuello hinchándose como troncos, lo tomé por los brazos y pujé hacia arriba. Era un esfuerzo descomunal, pero no había otra salida. Volé dificultoso pero a mayor velocidad que haber subido a pie, forjando zigzags en el aire.

–¿Cómo impedimos que eso pase? Que se cumpla la… profecía esa.

–No lo sé. – confesó el troll, compungido y alarmado. Acabábamos de doblar por uno de los tantos pasadizos de la planta alta. – Pero tenemos que llegar a ella antes de que eso pase.  Antes de medianoche. Algo tenemos que hacer. O sino–

No pudo completar su enunciado.  Un fuerte estruendo marcaba las doce en todos los relojes de la residencia, y como si se hubiesen puesto de acuerdo para ensordecer a  cada alma en desgracia, de todo Arendelle. Ni bien abrieron la puerta de la habitación de Elsa, un cegador resplandor producto de lo que pareció una muda explosión les hizo caer de espaldas por las ondas extensivas. No hubo sonido o movimiento, solo luz y la suave alfombra bajo ellos. Jack cayó inconsciente, y lo último que pudo ver fue el resplandor desaparecer.


Jack perduraba echado en el alfombrado, su bastón a unos metros de él. Pabbie no estaba a la vista. No fue la mejor forma de amanecer, pero sino, Jack hubiese permanecido el día entero inconsciente. Una horda de doncellas que transitaba por allí, al resultarle invisible, le pisoteó todo el cuerpo. Las muchachas creyeron haber tropezado con alguna arruga del grueso tapiz y siguieron su marcha. Jack intentaba recuperar cada órgano pisoteado en su interior mientras ordenaba a sus piernas pararse. Vaya locura.

¿Cómo había terminado allí? Las memorias se avecinaron hacia él como aves en picada al mar. Primero, la lluvia. Golpes en la puerta. Un troll. Una profecía. Un resplandor. Y eso era todo… No, había otra frase que había dicho la criatura pétrea. Miró a sus costados pero este ya no estaba. Enfrente de él,  la puerta del cuarto estaba abierta. Unos pasos a trompicones hacia ella solamente para notar que la habitación estaba vacía. Elsa… ¡Elsa no estaba!

 ¿Y la profecía? ¿Qué le había hecho? ¿Podía estar muerta? ¿O haber sido transportada a otra dimensión? AGH. La ignorancia corroía los huesos de Jack mientras se disponía a inspeccionar cada centímetro de la sala, y continuar con el resto del castillo. Debía encontrarla con suma urgencia.



Había vertido el agua en el recipiente pulido, mojado la toalla sedosa y empapado mi rostro. El rastro mañanero apenas había desaparecido en el espejo. Terminé de secarme y fui hacia el tocador. Gracias al cielo que existía el maquillaje que cubriese aquellas ojeras que demostraban una mala noche. Para mí no había sido mala, empero. Había leído mi libro favorito antes de dormirme, con el recuerdo de la escena… Bueno, ya no recordaba la escena.

De hecho, no recordaba cómo llegué al tocador. Oh, claro, maquillaje. Era temprano, las doncellas recién debían estar despertando. Aproveché mi autonomía para buscar un lindo vestido que combinara con mi humor y salí, tal vez a dar un paseo.

A paso firme por los corredores y el umbral de la salida, llegué a los jardines. Rayos, olvidé un libro. En fin, a la par de un día que corría y se me adelantaba sin advertirlo, podía al menos matar el tiempo con las coloridas flores. No se habían abierto siquiera. Los bancos de piedra estaban aún llenos del leve rocío. El pasto olía a sequedad. No, esto ya me estaba aburriendo. Podría aprovechar para ir a desayunar a solas. Anna posiblemente debía estar con Kristoff, durmiendo como perezosos. Mhm, ahora que lo pensaba tampoco tenía hambre.

La biblioteca siempre era la última, y de todas formas, la mejor opción. Al rábano había salido a los jardines infestados en tedio y nada que hacer. Podía notar que me sentía carente y exigida de algo que me distrajera. Cualquier cosa. Y eso siempre era un libro.

No supe cómo llegué, pero ya estaba en la biblioteca de abajo, sentada en un sofá y con un libro en la mano. Verifiqué su nombre, creo que por segunda vez: Jane Eyre. Recordaba este. Su enseñanza, como el de toda buena obra, era algo como “si el mundo te odiara y creyera despreciable, mientras que tu propia conciencia te aprobase y absolviera de toda culpa, no  estarías sin amigos.” Estimulante, sinceramente.

Y me quedé pensando. En blanco. Solo oyendo el eco de esas palabras en mis pensamientos. Pensando demasiadas cosas que sonaban a la nada misma.

No. Demasiado pensar. Nunca dejaba que un libro me llevase tanto a la deriva que acabara en medio del océano. Cerré el libro. Mis propios pensamientos y juicio eran más fuertes e indispensables que las atrapantes anécdotas que cuentan las historias. Por algo se llaman atrapantes, porque se interponen ante los tuyos.

Sentido común antes que nada, me recordé. Porque así me gustaba pensar.

No queriendo que aquello se repitiera, me fui de la biblioteca, no solo con las manos sino con las expectativas vacías. Ya no me apetecía leer.

Antes de doblar una esquina, oí los pasos y voces de mi hermana y su prometido que iban al salón comedor igual que yo. Frené en mi última huella. Me arrimé más a la pared deseando que mi vestido oscuro se camuflara con el empapelado salmón, ocultándome de ellos mientras pasaban a mi lado sin notarme.

–¿Has visto a Elsa? – dijo ella. A lo que Kristoff respondió con suma indiferencia.

–No, acabamos de abrir los ojos y no han habido señales de ella.

–Mhm. Tal vez está esperándonos para el desayuno…

Solté el aire retenido y paso a paso me alejé de las puertas por las que ellos entraron, a otro lugar. No tenía ganas de desayunar, así que no me preocupé por saltearme la comida.

El enorme palacio abarcaba miles y ninguna distracción para mí. Pero algo encontraría, tenía todo el día y la energía para deambular sin rumbo hasta hallar algo que me despertara de mi ensueño especulativo.



Jack llegó a la biblioteca por tercera vez. No había rastros de la Reina, aquí ni en ningún lugar, como si se hubiese convertido en vapor y desaparecido por el aire. ¿Habría salido? No creía.

Encima, el tonto troll había desaparecido de la nada y no tenía forma de rastrearlo. De preguntarle qué relámpagos sucedería con Elsa. ¿En verdad alguien podría volverse malvado por una endeble profecía? Esta, además, no especificaba qué realeza, y qué magia. Podría ser cualquier otra persona, vamos. “El blanco se teñirá de negro…” Pero, por favor. Había escuchado mejores augurios que eso. Podía ser todo un engaño, o una casualidad.

O real.

Echó un vistazo tan rápido como un chasquido al Sol sobre su cabeza, como si este plegara el entrecejo y evadiera su mirada porque sabía que algo andaba terriblemente mal y solo allí, sobre las nubes, pudiese verlo con claridad. Pero Jack, en la realidad del palacio no era capaz siquiera de hallar a su escurridiza Reina.



Así como así, se hicieron las cinco de la tarde. Llegué a un punto en el que solo caminaba de aquí para allá, con miedo a frenarme y no saber por dónde comenzar más que reanudar el ritmo de la marcha. Si me viesen desde afuera, me dirían que estaba huyendo de algo como león enjaulado, eso estaba seguro. Totalmente absurdo, de todas maneras. No huía de nada. Quizás, si oía la voz de Anna, Kristoff u Olaf decidía cambiar de dirección sin ser vista. Pero no era por huir, sino porque deseaba estar sola. Tranquila. Y eso no tenía nada de malo.

Por suerte las doncellas no me preguntaban a dónde iba cuando me las cruzaba por cuarta vez. Solo reverenciaban elegantemente y yo devolvía el saludo con un asentimiento. Cuando recorría el ala este de la planta de arriba que normalmente vacía, atravesando la enredadera de corredores, de pronto se escuchó un sordo ruido en una pared. Giré en redondo, apartando mi pelo trenzado. Entonces lo vi.

Una sombra flotando a velocidad indispensable por los pasillos de mi palacio enfrente de mis narices. Borroso como un haz de una sombra. La paranoia me acechaba. No debía ser real lo que acababa de ver. No obstante, podría haberlo comprobado de tan solo haberlo perseguido por el pasillo que pasó si no me hubiese ramificado al piso. Pero no, era solo una imagen que creí vislumbrar y mis suposiciones cosían alteraciones descabelladas en esa trama. Mi juicio no estaba ayudando mucho. Debió haber sido la sombra de algún pájaro. Sí, seguramente.

El estupor no me abandonó cuando unos largos minutos después llegué a mi oficina y embestí contra el blando sillón. Sentía los tobillos hinchados de tanto divague sin sentido. Nada tenía sentido ese día, desde que abrí los ojos hasta cuando intentaba cerrarlos a pedir clemencia al sueño. Pero era demasiado temprano para irse a la cama.

De repente, me sentía muy cansada. Como si el mundo  hubiese drenado todo de mí. De pronto, estaba melancólica; algo solitaria. Algo estaba… extraño en mí. No por algo natural, eso lo sabía a ciencia cierta. Pero eso mismo que me incomodaba, me mantenía absorta. A raya pero a punto de caer. Porque me sentía hundir en algo inexplicablemente nuevo. Un pozo profundo. E hiciera lo que hiciese, nada me podía alejar de esa sensación.

¿Qué estaba pasando?



Eso mismo me preguntaba. La tarde arrastraba consigo las luces naranjas y triviales; yo disfrutaba del espectáculo sentado sobre el tejado de una ventana del palacio. Era increíble mi mala suerte. Primero un augurio de la nada, y luego desaparecía Elsa. Deseaba respuestas.

Pese a todo, una idea brilló en mi dilema. Como había fallado en encontrarla, podía enfocarme en encontrar al troll de la madrugada. ¿Pero dónde vivían los trolls? Es decir, en ¿qué maldita montaña? Arendelle se encontraba rodeada de toda una cadena montañosa, por lo que no sería sencillo ir sin un viento fijo en busca de criaturas que se asilan en ellas.

Entonces, mi mente volvió a Elsa y a su pasión por los libros. Solía gastarla diciéndole que quería más a los libros que a mí, y ella se reía. Por primera vez en mi vida, supe que un libro sería la respuesta que buscaba.

Me dirigí a la habitación vacía de Elsa por quinta vez. Sobre la mesada de luz, entre otros tres libros, estaba “Criaturas y leyendas”. Rebusqué entre las páginas y del capítulo de “Trolls” se desprendió una vieja página que voló hasta mis pies. Al recogerla, vi que era un mapa. Bingo.


Ingresaba un inoportuno soplo de viento por la ventana abierta de mi habitación. Por fin la noche había llegado a confortarme. Cuando fui a cerrarla, de mis dedos se desprendieron y dibujaron en el vidrio un afable trazado de escarcha. Era pequeño, pero simbólico. Era en contra de mi voluntad.

Con el corazón acelerado, me tiré en la cama a mis espaldas, vestida y todo. Respondí una vez al llamado de la puerta, no supe de quién, pero le dije que me dejara sola. Me tapé hasta los ojos. En cada respiración me dije que esto se pasaría sin dejar huellas, que no había nada de qué preocuparse. Me explicaba que no caería, no me hundiría.


Pero había arribado a un punto en el que ya mis palabras eran obsoletas hasta para mi razón.


Fin del capítulo 2



¿Qué les pareció?

Lamento la demora. Como dije, ansío que este sea una nueva experiencia, algo que no he hecho antes. Convengamos que este es mi segundo libro/ fanfic xD

Esta faceta requiere de mucho estudio de personalidad; la profecía no tendrá efecto de un día para el otro sin un cambio compensativo. Espero les esté  intrigando. 

Algunos notaran alguna secuencia, algo que les hagan decir, ¿qué está haciendo Britanny aquí? 
¿O lo he hecho muy difícil?

Se los diré en parte, ¿notaron que el cap. comienza en "unos pasos", sigue con "verifiqué su nombre, croe que por segunda vez", "llegó a la biblioteca por tercera vez" y así sucesivamente? Estos números ascenderán hasta nueve entre el próximo cap. ¿Les suena a algo?


PD: un consejo para cada escritor.

Si van a hacer una historia situada en un determinado tiempo, por ejemplo desde 1820 como esta, NI SE LES OCURRA  COLOCAR SIQUIERA UN OBJETO U HECHO QUE NO HAYA EXISTIDO HASTA ESA ÉPOCA. Hasta la ropa interior tiene que ser de dicho tiempo, es decir, aquí no verán a Elsa con pantis actuales o maquillaje Maybelline, sino con esas cosas de la época. (El maquillaje sí existía aunque era más primitivo).

Sin embargo, recuerden que no debe ser preciso, preciso al exacto pie de la letra, porque será tedioso. Solo preciso para que no te digan que eres un desconocedor. Hagan lo que hace Disney. Modifica esa ropa interior para que no sea taaan anticuada pero no deja de ser certera históricamente.

Ahora bien, como supuse que casi nadie conoce el libro: Jane Eyre, no se darán cuenta que este en verdad fue publicado en 1847. Así que me he salteado dicha norma de una forma disimulada, pero solo porque necesitaba mostrar la enseñanza de ese libro.

Bueno, he fallado al concepto, pero así me entienden. Sean precisos siempre con los tiempos históricos, a menos que sea una pequeñez como esta. No es que el libro vaya a ser influenciador en la historia. Espero les sirva y tomen en cuenta.

Saludos!

12 comentarios:

  1. lo ame encerio me encataria ver a elsa combertirse en mala de hecho en mi historia quise hacer lo mismo pero no me salio primer comentario brit tomalo en cuenta jajaja saludos ana

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  2. lo ame encerio me encataria ver a elsa combertirse en mala de hecho en mi historia quise hacer lo mismo pero no me salio primer comentario brit tomalo en cuenta jajaja saludos ana

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    1. Hola, Ana gracias por tu comentario! Espero verte pronto y fuerza que si intentas más te saldrá el resultado que quieres en tu historia. Saludos!

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    2. gracias tu siempre motivandome de hecho lla abia dejado mi historia y tu me diste animos para seguirla encerio si tienes amigas a las que conoces que afortunadas son de tenerte como amiga y lo digo tambien por tus padres y hermanos si es que tienes

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    3. tu motivando a tus fans solo una pregunta cuando sale el proximo capitulo de redemtion y una sugerencia me gustaria que al fial de cada capitulo pusieras una pregunta como la que hiciste hace mucho de que poder te gustaria tener y ami en lo especial me gustaria tener el poder de arreglar la cosas es una sugerencia no se si la tomes en cuenta contestame cuando puedas saludos besos y abrazos a ti y a tu familia............... ANA

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  3. O por Dios Britt te luciste yo ya he leído muchos libros con este tipo de narrador y muchos otros con este tipo de sentimiento en el texto, sin duda alguna este es mi tercer libro favorito.
    Dos cosas:
    1° Britt, vas a seguir con el diario de Elise? No te estoy exigiendo, solo quiero saber XD
    2° De verdad me has inspirado demasiado y enserio necesito que me digas como hacer una página algo así o en este estilo para escribir mi historia Britt enserio no me defraudes.
    Espero tus respuestas, besos.

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    1. Hola, Nina. Gracias por comentar, me hace muy feliz. :D
      Sí, continuaré el Diario pero por el momento no tengo mucho tiempo. Lo siento, pero en cuanto pueda lo seguiré no te preocupes.
      Hacer un blog toma su tiempo y es largo de explicar. Te dejo el link que me ayudo. Saludos!

      http://www.gcfaprendelibre.org/tecnologia/curso/crear_un_blog_en_internet/crear_un_blog_con_blogger/2.do

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    2. Britt, muchisisisisimas gracias por ayudarme.

      Te invito a leer mi historia: http://historiasjelsa.blogspot.com/

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    3. mucho gusto nina he leido lo que has escrito yyyyyyyy me encataria que aparte de brit tu tambien fueras mi amiga saludos ana

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    4. Gracias Ana; sí eres mi amiga y mi primera lectora. Aviso: no voy a escribir mas en Historias de Jelsa ahora será Dos almas un poder. No sé si el titulo tenga algo que ver pero será genial : http://dosalmasunpoder.blogspot.com/

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    5. gracias por avisarme aaa y perdon por no haberte contestado esque no tenia internen aaaaaaaaaaa y wow la famosa NINA ME CONTESTO DEEEEEEEEEEE jajajajaaaaaa. por cierto tu conoces a CD9 solo una pregun [por cierto NINA ES un nombre muy bonito....................... SALUDOS,BESOS Y ABRAZOS TU QUERIDA AMIGA INTIMA [SEGUN YO] ANA

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    6. Gracias Ana. No te olvides de comentar en mi historia XD

      Con Cariño tu amiga

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